La devoción a Jesús Nazareno y a Cristo yacente se remontan en Totana al siglo XVII cuando la Cofradía del Santísimo Sacramento procesionaba con ellas en la Semana Santa de la localidad, en tanto que las veneraba en la capilla que poseía en el templo parroquial de Santiago el Mayor.
La actual Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Sepulcro tiene a ambas advocaciones como titulares y con ellas se hace presente en los desfiles pasionales de Totana, continuando, de este modo la tradición iniciada a principios del siglo XVII.